viernes, 30 de enero de 2015

El clásico de la semana es...

  Esta semana se podría decir que entra en escena (y nunca mejor dicho) un clásico contemporáneo, si es que tal cosa existe, pues se trata de una de las piezas cantadas en el musical Into the Woods, una obra maestra postmoderna (por su sentido de la relectura de los cuentos clásicos) del gran maestro Stephen Sondheim, esta vez en compañía de James Lapine. 
    Las canciones de cualquier tipo son poesía en la medida en que son obras en verso, aunque hechas para ser cantadas y no recitadas o leídas, y por eso este Lament (en la BSO de la versión cinematográfica, Witch's Lament) entra en esta categoría. Lo he elegido por encima de todas las fantásticas canciones del musical porque en sus pocos versos expresa a la perfección no el lamento de una bruja, sino simplemente el lamento de una madre que ve cómo su hija crece, la abandona y se va a vivir su vida, un proceso natural para una madre y para una hija, en el que ambas se van alejando hacia dos orillas opuestas, y un tema esencial de casi toda la literatura infantil. Este sentimiento se concentra alrededor de dos versos que se pueden considerar el leit motif de todo el musical, No matter what you say, / Children won’t listen. Los niños, en efecto, no escuchan, y ahí está en principio del camino hacia la madurez, aunque esto sea también un gesto de ingratitud, como se dice al final del todo, solo pueden pasar de ser algo que amas a algo que pierdes, sin transición. 
    El texto completo dice así: 

This is the world I meant.
Couldn’t you listen?
Couldn’t you stay content,
Safe behind walls,
As I
Could not?

Now you know what’s out there in the world.
No one can prepare you for the world,
Even I.
How could I, who loved you as you were?
How could I have shielded you from her
Or them...

No matter what you say,
Children won’t listen.
No matter what you know,
Children refuse
To learn.

Guide them along the way,
Still they won’t listen.
Children can only grow
From something you love
To something you lose...

   Incluyo aquí dos versiones. La primera, la más canónica de la gran Bernardette Peters, que fue quien interpretó el papel de la bruja en el montaje original en Broadway; la segunda, más de actualidad, la de Meryl Streep en la versión cinematográfica, con un enlace solo de audio, y otro con la escena completa que incluye la canción (aviso: spoilers).





 

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